Bilbao

A una hora de autopista de San Sebastián, puedes contemplar la ciudad de Bilbao. Por su historia y situación, Bilbao ofrece un cóctel formidable donde arquitectura, tradición, mar y montaña, carácter e historia se conjugan para ofrecer a las personas que lo visitan un sinfín de planes y propuestas de ocio y cultura. La ciudad ha protagonizado una regeneración única, liderada por los arquitectos más prestigiosos de todo el mundo, que ha modificado su fisonomía, su actividad económica e incluso su autoestima, pero que ha mantenido su profunda personalidad y su carácter abierto y acogedor. El Museo Guggenheim es el buque insignia de esa reconversión.

Definido como el mejor edificio de la segunda mitad del siglo XX, el Museo Guggenheim Bilbao ha transformado completamente la ciudad, colocándola el mundo y modificando radicalmente su imagen. Se inauguró en 1997, según proyecto del arquitecto americano Frank Gehry, quien, tras visitar la ciudad, tuvo muy clara su ubicación.

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Azkuna Zentroa, centro de cultura y ocio, es otro referente de modernidad, ya que se recuperó la antigua alhóndiga, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, con un proyecto enmarcado en la transformación urbana y socioeconómica que deja atrás su pasado industrial. Dando la bienvenida a quienes lo visitan y cohesionando los distintos espacios el llamado “Atrio de las Culturas”, encontramos una gran plaza cubierta adornada con 43 columnas de diferentes estilos arquitectónicos y materiales. Desde la misma resulta visible la piscina de fondo transparente ubicada en la cubierta: es la llamada “Terraza del Sol”, otro de los espacios privilegiados del edificio.

Representante de la Era Industrial, en Portugalete encontramos el Puente Bizkaia, más conocido como Puente Colgante, une las localidades de Areeta (Getxo) y Portugalete sobre la ría de Bilbao, a poco más de diez kilómetros de la capital. Inaugurado el 28 de julio de 1893, se convirtió en el primer puente transbordador construido en el mundo de estructura metálica y, actualmente, solo hay otros ocho en todo el mundo. Tiene una estructura formada por cuatro torres de hierro de 61 metros de altura, unidas entre si por un travesaño de 160 metros de longitud, situado a 45 metros de altura sobre el nivel del mar y  En el año 2007 fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en la categoría de Patrimonio Industrial.

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De Bilbao no te puedes ir sin pisar el casco viejo. Hablar del Casco Viejo es hablar de sus tradicionales siete calles (Zazpi Kaleak). Somera ejerce el liderazgo como primera, Artecalle es la segunda, Tendería la tercera, Belosticalle la cuarta, y Carnicería Vieja la quinta (debe su nombre al emplazamiento allí del primer matadero de la villa). Luego está la sexta, Barrencalle, y finalmente la séptima, Barrencalle Barrena. En este entramado de callejuelas de carácter muy comercial, declarado Monumento Histórico-Artístico, el visitante encuentra no sólo bonitas fachadas y palacios urbanos, sino auténticas joyas arquitectónicas pertenecientes a diferentes siglos.


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